Los sistemas agroalimentarios se enfrentan a desafíos sin precedentes. Los conflictos, los
efectos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, las crisis económicas y la creciente desigualdad ejercen una presión cada vez mayor sobre la tierra que cultivamos, el agua de la que dependemos y la biodiversidad que sustenta la vida. Las cadenas de suministro siguen siendo frágiles, y los efectos de la disrupción ya se están haciendo sentir en hogares, mercados y campos de todo el mundo.
En algunos lugares, la gravedad de la inseguridad alimentaria es abrumadora. Se estima que 733 millones de personas viven con hambre. En otros lugares, el aumento de los niveles de obesidad y el desperdicio generalizado de alimentos señalan un sistema desequilibrado, donde la abundancia y la escasez coexisten, a menudo una junto a la otra.
Los sistemas agroalimentarios también son una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, ofrecen un potencial efectivo para reducir dichas emisiones mediante la forma en la que se cultivan, cosechan y comparten los alimentos.
Satisfacer las necesidades de una población mundial en crecimiento exige trabajo en equipo: transfronterizo, intersectorial e intergeneracional.
“Las medidas que tomamos hoy repercutirán directamente en el futuro. Debemos producir más con menos. Trabajemos por un futuro más inclusivo y equitativo”.
Director General de la FAO, QU Dongyu, Foro Mundial de la Alimentación 2024.
Se necesitan inversiones mayores y más específicas, ideas nuevas y una cooperación más estrecha. Desde los gobiernos y las organizaciones internacionales hasta los agricultores, investigadores, empresas y consumidores, incluidos los jóvenes, todos tienen un papel que desempeñar en la transformación de los sistemas agroalimentarios.
Al conmemorar la FAO su 80.º aniversario, la Organización está dispuesta a seguir trabajando junto con sus Miembros y asociados. El objetivo es claro: Encontrar soluciones prácticas y duraderas que respondan a los desafíos actuales y que contribuyan a lograr un mundo dotado de seguridad alimentaria para todos, para el día de hoy y para el de mañana.
Los consumidores también forman parte de la solución. Elegir dietas saludables, desperdiciar menos y ayudar a proteger los suelos, el agua y la biodiversidad, que hacen posible la alimentación, son gestos pequeños que suman. Defender a aquellos que se enfrentan al hambre, colaborar con los encargados de formular las políticas y mantenerse atentos al cambio son algunas de las maneras de participar.
Las decisiones que tomamos a diario conforman el mundo en el que vivimos.
¿Sabías que la pesca en pequeña escala representa el 40 % de las capturas de pescado en el mundo? Sin embargo, se encuentra amenazada por la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático.
La Iniciativa para la Pesca Costera es una iniciativa global que busca preservar los recursos marinos, asegurando que la pesca se realice de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
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La acción colectiva en 150 países de todo el mundo, en hasta 50 idiomas, es lo que hace del Día Mundial de la Alimentación uno de los días más celebrados del calendario de las Naciones Unidas. Cientos de eventos y actividades de divulgación reúnen a gobiernos, municipios, empresas, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación, al público e incluso a los jóvenes. Promueven la conciencia internacional sobre el hambre y fomentan la acción para el futuro de la alimentación, las personas y el planeta.
Juntos podemos crear un futuro alimentario mejor y más sostenible para todos. Haz del #DíaMundialdelaAlimentación TU día. Participa en el llamamiento organizando un acto o actividad o muestra cómo estás pasando a la acción.
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